Texto crítico de la obra “Ut” de Juan José Guido

Hasta este momento nunca había visto ni escuchado sobre esta obra. Mi primer acercamiento a la misma fue el video explicativo visto en clase. En ese video lo primero que se podía apreciar era el nombre de la obra “Ut”. Me llamó particularmente la atención dado a que esa palabra en húngaro (út) significa camino, recorrido, sendero. Y básicamente es esa la esencia de la obra, como bien se lo explica en la sinopsis de la carpeta; “el espectador se puede sumergir en una experiencia sonora del cual él mismo tiene el control. Ya que con su desplazamiento por la habitación logra producir dicha experiencia. Incluso, siguiendo una sucesión de parlantes, puede formar una ¨melodía¨ con los tonos emitidos.”

Encuentro a la obra correctamente armada en cuanto de lo que se quiere expresar y mostrar; desde la complejidad de las ondas del sonido, el estudio de las mismas y esa fascinación que tiene el hombre desde siglos remotos por el estudio de la música y el sonido, que en este recorrido se puede apreciar esa experiencia, estudiar y crear música con respecto a los diferentes ciclos que nos ofrecen los sonidos que emiten los parlantes.

Tal vez, encuentro un tanto monótono o simple el recorrido que nos ofrece la misma. O mejor dicho, un tanto segmentado por la alineación de los parlantes, que indiscutiblemente nos lleva a recorrerla de izquierda a derecha o viceversa por las diferentes paredes. En este sentido, me gustaría personalmente que el recorrido no sea tan explícito, o que existan más posibilidades físicas de recorrerlo (más paredes por entremedio, obstáculos) como una especie de laberinto. Y por qué no, hacer este recorrido (valga la redundancia) un tanto más recorrible, donde los parlantes no estén alineados unos con los otros en las paredes, sino a diferentes alturas, más separados unos de los otros, tal vez algunos en el piso o colgando desde el techo. De esta manera, el espectador tendría la posibilidad de recorrer la obra a su gusto, no tan segmentadamente y hasta generaría mayor cantidad de melodías y ritmos.

Otra cuestión que me genera un tanto de ruido es la puesta de la misma. El porqué los parlantes están empotrados en las paredes falsas, por las que por detrás pasa todo el cablerio hasta llegar a la consola y computadora, que también están escondidas. Porqué no hacer justamente todo lo contrario, y que todo ese proceso sea visible para el espectador. Que los mismos cables que conectan los parlantes generen un recorrido aparte, que se mezclen y que vayan ocupando todos los espacios de la sala, hasta llegar a la consola y la computadora. Y no digo de hacer esto solo por el hecho de que este sea con un fin estético y de relleno, sino de complemento con la idea principal en cuanto a hacer visible y público ese estudio entre la música, lo electrónico y lo artístico. Que entrar en esta sala, no solo sea recorrerla, sino también aprender y entender. Como entrar en un laboratorio donde constantemente se están haciendo nuevas pruebas y ensayos.

Andrés D. Beis – 2013 – Taller de Imagen 6
Texto crítico de la obra “MakinArt” de Dana Sosa

“MakinArt es una instalación que propone una nueva manera de pintar alejada de las maneras tradicionales invitando al espectador a crear un dibujo improvisado sin tener experiencia previa dentro del campo del arte con el fin de divertirse.” Así es como comienza la descripción breve de la instalación de Dana Sosa. Creo que en este punto es bastante acertada la descripción en cuanto a la obra, dado a que sí, es muy aleatorio y no tradicional el dibujo que uno puede llegar a pintar en el lienzo, ya sea por el movimiento del mismo lienzo generado por los ventiladores y/o también por el mismo efecto que da la salida de los rociadores.
Desde el titulo de la obra nos está hablando que la instalación es una máquina. Y creo que de ser una maquina está muy lejos, son solo elementos externos que componen o ayudan a que el resultado final sea como lo que se explica en el texto, o de lo que se quiere hablar. Con esto no digo que no funcione como “máquina” tal, dado a que puede ser tomado como una máquina o un elemento de baja tecnología o “low budget” que ayuda a generar el dibujo aleatorio sobre el lienzo, siendo este el resultado final del proceso creativo.
Y es ahí donde me quiero detener, donde ese resultado final es la obra misma a mi entender. Creo que no es tan importante la “maquina” en sí, (dado a que existen varias maquinas que pintan aleatoriamente y generan “arte”, por así decirlo). Sino que lo importante es ese lienzo final que posee el proceso creativo de cualquier espectador que puede o no saber de pintura. Como se explica en el texto de la obra en la parte que dice “Al entrar a la sala e interactuar con la obra, el espectador va a enfrentarse con el desafío de ser el propio artista y expresarse a través del dibujo a través de la experimentación.”
Creo que para un “upgrade” de la obra no se debería de estar tan focalizado en rearmar el elemento “maquina”, sino el objetivo sería replantear y pensar la manera de cómo exponer esos lienzos en el espacio expositivo, que quieren decir. Y de esta manera generar que cada persona que participó en el proceso creativo de pintado, luego vea sus “obras”(lienzos) colgados o expuestos en una sala y así sentirse realmente como verdaderos artistas enmarcado en un entorno de museo o muestra.
Andrés D. Beis – 2013 – Taller de Imagen 6
Texto crítico de la obra “Mímesis EVOLUTIVO – La muerte del Ave Pinzón” de Emanuel Carrizo

En cuanto a la obra de Emanuel Carrizo creo que está muy bien ejemplificado el sentido de hacer reflexionar al espectador en cuanto a una idea o visión sobre un futuro posible en cuanto a la naturaleza, los animales y las nuevas posibilidades de crear “vida” tecnológicamente.
Hay varias cosas para analizar, desde el armado de la jaula más futurista, donde la especie está completamente encerrada por cristales por la cual está siendo todo el tiempo observada desde cualquier rincón y sin privacidad alguna. Hasta la simpleza con la cual está construido el ave, y que solo por estar dentro de una “jaula” y algún que otro elemento aparte, seguimos dando cuenta de que es un pájaro.
Algo que me genera curiosidad es el título de la obra, que notoriamente me lleva a luego de verla a investigar sobre el Ave Pinzón. No estoy seguro que todo espectador conozca las investigaciones de campo que realizó el biólogo Charles Darwin en las Islas Galápagos en el año 1839, y tampoco creo que la disposición de las 14 jaulas dé alguna notoriedad de eso. Igualmente me parece pertinente y acertado que nos remita a esos estudios, dado a que en cierta manera es lo que esta obra quiere reflejar pero apuntando hacia otro futuro y otros estudios. Y es justamente por eso que creo que no es necesario reproducirlo exactamente igual. Tal vez si dar noción de eso, pero no tan explícitamente (como el título y las 14 jaulas).

Me parece acertado el momento de la interacción que generan estas aves que cuando el espectador de la obra entra a la sala y se posa frente a ellas a observarlas ahí es cuando comiencen a funcionar y “vivir”, dado a que de esta manera el espectador pasa de cierta manera a ser el observado.

Creo que para un “upgrade” de la obra la clave estaría en resaltar más aun este efecto “espejo” de observador por observado. Tal vez se me ocurre que los sonidos que producen las aves no sean físicos (por el rozamiento de las aspas) sino un ruido más digital, generado con diferentes tipos de frecuencias y que de esta manera aturdan al espectador hasta lograr alejarlo de las jaulas, como método de defensa entre humano/maquina.


Andrés D. Beis – 2013 – Taller de Imagen